No tenía pensado hablar sobre vivencias personales aquí, no me gustan las bitácoras que cuentan la vida, anécdotas, o pensamientos de sus autores. Es una cuestión de gustos nada más, las respeto y punto. Pero lo que hoy he visto no me ha gustado y tengo que contarlo.
Paseando con mi novia por una calle peatonal de mi ciudad, donde suele haber siempre algún artista callejero amenizando los paseos de los transeuntes, vi a una pareja de hermanos (ella tendría 16 y el sobre 8, 9 o 10, yo que sé) tocando el violín y el chelo. Lo hacían francamente muy bien, sobretodo teniendo en cuenta su edad. A la vuelta volvimos a pasar por el mismo lugar, esta vez parados a su lado estaba la patrulla municipal, les había pedido la documentación y les estaban poniendo una multa. Por supuesto llamaron también a la madre para fuese a recogerles.
Allí nos fuimos congregando gente a su alrededor, todos pensando en lo mismo, qué mal estaban haciendo esos chavales, acaso estaban molestando a alguien, yo creo que todo lo contrario. Un hombre que pasaba por allí incluso se ofreció a pagar la multa, al final consiguió que se la quitasen. La verdad es que los municipales estaban un poco amedrentados, sobre todo viendo la cantidad de gente que nos congregamos a su alrededor, todos con el mismo pensamiento. El niño estaba asustado, llorando, joder, era un crio y no entendía que mal podía estar haciendo.
Al final llego la madre, el policía muy amablemente le explico que para realizar esa actividad debían pedir autorización al ayuntamiento.
Todos los que estábamos allí sabíamos que los policías tenían razón, máxime cuando eran menores. Pero también sabíamos que esos chavales no estaban mendigando, simplemente estaban practicando su afición, su arte, mientras que el que pasaba por allí, si quería les echaba alguna monedilla en la funda del violín, (por cierto tenían una pasta considerable :)), así ellos pues igual ayudaban en casa, se lo gastaban en un nuevo juego para la PS2 o simplemente se sacaban unas pelillas para ellos. También sabíamos que a solo doscientos metros y unas calles más allá una plaza también peatonal, muy típica en esta ciudad por ser la zona tradicional de vinos, estaba cubierta de trozos de tela, con cd's piratas a la venta, en algunas ocasiones es difícil pasear por ella sin pisarlos.
Les dijimos a la parejita del orden, que dejase de molestar a los chavales y se fuesen a hacer su trabajo donde realmente tenían que hacerlo y donde realmente se estaba produciendo un delito. No obtuvimos respuesta.
El otro día, en el metro de madrid, iban tocando por los vagones dos ¿rumanos? con un acordeón y un violín. Al llegar a una de las paradas, entraron dos seguratas al vagón, haciéndoles señas para que salieran al andén.
Pues bién, empezaron un par de chavales agarrando a los músicos y tirando de ellos hacia el fondo del vagón y diciendo que "ellos no se bajan", el metro parado, los seguratas reclamando que se bajaran, y poco a poco, la gente del vagón montándoles un pollo a los de uniforme, interponiéndose entre ellos y los músicos.
¿Qué ocurrió? pues los uniformados reculan, el metrero cierra las puertas, el tren arranca y los hombres realmente agradecidos, no daban crédito a lo que había ocurrido...
A veces recupero (un poco) la esperanza en el ser humano (-:
Saludos
Escrito por Carpanta a las 11 de Junio 2004 a las 12:35 PM¿Un violín y un chelo en el medio de la calle? Con los tiempos que corren deberían subvencionarlos en agradecimiento por poner un poco de armonia en las calles llenas de gente estresada. Escuchar al chaval que tocaba el violín en la Calle Ancha era toda una delicia.
Escrito por neron a las 25 de Junio 2004 a las 12:30 PM